Rituales para la confianza y la seguridad
Ahora tengo que contar una pequeña historia sobre mi madre que no puedo sacar de mi cabeza, que me hace muy feliz, ¡y a la vez muy enojada!
Le regalé a mi madre, que sufre demencia (etapa 2), una armónica por su 90 cumpleaños. Una vez me contó que había perdido su adorada armónica mientras huía de la República Checa durante la Segunda Guerra Mundial, con solo 18 años. No llevaba nada más. Y mientras buscaba un regalo adecuado, se me ocurrió la idea de una armónica. Esa mañana, mientras desayunábamos, abrió el pequeño paquete de regalo, se llevó la armónica a la boca y, sin más práctica, tocó las canciones que probablemente le habían estado dando vueltas en la cabeza toda la vida, ¡casi a la perfección! (Si no me creen, con gusto les enviaré un video corto que grabé para la ocasión). Dejó a todos boquiabiertos. ¡Y me molestó mucho no haberlo pensado antes!
Estoy seguro de que si le pregunta específicamente a su paciente con demencia sobre su pasado, sus aficiones, preferencias, pensamientos, películas favoritas, la canción que no puede sacarse de la cabeza, el libro o cuento que recuerda con más cariño, o incluso el instrumento musical que tocaba hace mucho tiempo, y permite que su familiar no solo lo recuerde, sino que lo sumerja en la realidad de estos pensamientos, le habrá hecho un gran favor, y a usted mismo. Solo tiene que indagar en su pasado junto con él, hacer un seguimiento, prestar mucha atención y luego empezar a buscar. Porque las personas con demencia aún pueden recordar momentos pasados con claridad y distinción, incluso en etapas avanzadas de la enfermedad.
Estimular los sentidos puede evocar recuerdos que crean una conexión muy especial con el pasado para una persona con demencia y así mejorar su calidad de vida.
La música, en particular, suele despertar recuerdos olvidados. No importa si compones música tú mismo, la escuchas, bailas o cantas. Lo mejor es elegir música que tu ser querido solía disfrutar o que tuviera un significado especial para él. Para ello, existen reproductores MP3, por ejemplo, que parecen radios retro y se controlan con un solo botón (encendido/apagado; el volumen está preajustado), lo que facilita enormemente la reproducción para la persona con demencia. Puedes transferir hasta 1000 canciones favoritas, previamente recopiladas en el ordenador.
Grabar y ver videos o álbumes de fotos también puede ser útil. Las imágenes que evocan el pasado suelen facilitar la memorización que las historias. Además, disfrutan recordando eventos pasados porque les da confianza en sí mismos y la sensación de que aún pueden hacer cosas. Existen CD y DVD especiales para pacientes con demencia que capturan las décadas de 1950, 1960 y 1970 y las reviven.
La seguridad proviene de tener hábitos establecidos, secuencias fijas y rutinas. Los rituales estructuran la vida cotidiana de una persona con demencia. Esto no requiere mucho esfuerzo. Comienza con cosas sencillas: dejar los objetos cotidianos en su lugar, levantarse a la misma hora cada mañana o incorporar una actividad específica por la tarde. Los recuerdos positivos de años pasados también son tesoros valiosos para las personas con demencia. Estos pueden ser una canción favorita, una visita a su restaurante favorito o fotos del álbum familiar que muestran a la persona con sus seres queridos en sus primeros años. Incluso si un diagnóstico de demencia trastoca la vida cotidiana, lo que antes era un hábito sigue brindando seguridad.